lunes, 13 de mayo de 2019

Noche bajo, la niebla y la luna

Noche Bajo la Niebla y la Luna

Elena Riotze
Hay una mujer que me sigue, no ha venido hablarme, sólo me sigue.

Caminaba por la mañana en la ciudad, y de pronto ahí apareció, si decir una sola palabra.

Me ha perseguido por toda la ciudad.

Su piel es excesivamente blanca, no es albina, luce más blanca que una albina, con tono naranja muy disimulado, por lo que su apariencia parece ser algo fantástico.

Sus ojos lucen amarillos y felinos. Son fijos y penetrantes.

Me percaté que me seguía, cuando se empezó aparecer, en varios lugares muy cerca de mí.

No sonríe. Su rostro parece robótico. Viste una larga gabardina de piel también blanca.

Sus labios son intensamente rojos.

Sus pararpados lucen un tono naranja fluorescente muy suave.

Sus zapatillas tipo sandalias, son de tacones muy altos, y naranja fluoresce.

La forma de sus pequeños pies, es pefecta. Sus uñas son naranja fluorescente, con el mismo tono suave.

Su pelo es increíblenente largo, hasta abajo de su cintura, es lacio y rojo encendido.

Su sensual cuerpo, tiene un perfume envolvente, floral y seductor

Parece un alien.

Por momentos me da miedo, y apresuro el paso.

He tratado de perderla, pero parece insuperable en su afán por seguirme. Entré a un restaurante por una hamburguesa, buscado alejarme de ella, pero increíblemente, ella entró, y se sentó en una mesa, como esperando una orden. No quitaba su vista de mí. Salí y nuevamente me siguió.

Me metí al parque y busqué una banca para sentarme y comer. Ella se sentó en una banca frente a mí, al otro lado del caminó. Me levanté y se levantó. Salí del parque, y caminé por la larga avenida. Volví a verla, y su imagen, nuevamente me provocó miedo.

¿ Qué quiere ? ¿Quién es esa mujer tan extraña, y por qué me sigue ? ¿ Qué desea?

No me atrevo abordarla, siento miedo.

Atravesé la avenida corriendo, y ella a corta distancia hizo lo mismo.

Me metí a un centro comercial, esperando perderla, pero durante una hora o más, sabía donde ubicarme, entre tiendas, juegos y anaqueles de variados productos, en exhibición.

Cansada, salí de ahi.

Había anochecido.

Caminé muy largo rato, sin perderla.

No me percaté en mi huida, que estaba por calles desconocidas, traté de rehubicarme sin lograrlo.

Estaba perdida, la neblina envolvía la ciudad. Una llovizna muy ligera empezó. Los autos en la calle eran cada vez más escasos, ignoraba, que hora seria en el reloj. Parecía muy tarde.

Me acerqué a un aparador para verme en un cristal, y acomodaeme el pelo húmedo, bajo la llovizna. En el reflejo del cristal, apareció a un lado de mi rostro, el de esa mujer.

Asustada, mi pulso se aceleró y los nervios me avasallaron.

Volteé rápido, al sentirla tan cerca a mi espalda, y no vi a nadie. Con la vista la busqué, en todas direcciones sin resultado. De pronto, la vi al otro lado de calle, inmóvil, parada ahí como un ente fantasmal, o una estatua, sin decir una sola palabra.

Pense gritarle, pero al alzar mi mano para gritarle, me detuve, algo me inducía a no hacerlo.

La miré un poco más, y me retiré.

Buscaba un taxi. Ya no había autos, sólo alguno muy lejano y ocasional, se veía pasar.

La gente despareció en esa parte de la ciudad, no habia nadie, la oscuridad era enorme, y sólo la luz de la luna, daba cierta claridad entre la densa neblina.

Vi un auto que lentamente se acercaba. Era un taxi. Corrí hacia él, pensé que era mi salvación, y lo paré

—¡ Taxi, oiga !

El Auto se paró frente a mí, iba en sentido contrario, y bajó la ventanilla oscura. Sonreí para saludar al conductor, pero el auto estaba vacío. Me Asusté al ver el espacio vacío del chofer y notar que no habia nadie en el auto. El extraño auto continuó su camino, y se alejó.

No sabia que pasaba.

Seguí caminando. La calle se veía muy larga y se difuminaba entre a la neblina a lo lejos. Habia una soledad impresionante.

Volví a ver aquella mujer.

Caminaba al lado de mí, pero al otro lado de la calle.

Así me acompaño un largo rato.

Me detuve y la mire fijamente, buscando que algo sucediera. De pronto, y sin avisar, se desnudo por completo. Su cuerpo voluptuoso y muy bien formado, tenía una blancura, que parecía aclarar la noche en el lugar donde estaba.

No hubo nada más.

Seguí caminando. Atravesé una calle y continué.

Me senté en una banca a descansar, un rato después, seguí caminando.

Sorprendida, vi como el día empezó aclarar, anunciando el amanecer.

—¡ Dios mio ! - pensé, —Ya está amaneciendo, y esa mujer no se aleja de mí.

El dia nació…

La ciudad aún envuelta en neblina, se veía misteriosa.

Esa mujer parecía incansable.

Llegué a un puente, con un área de mirador. Era un lugar muy alto, que sobresalía entre la densa neblina, de la fantasmal ciudad.

Desde ahí, podría ver la ciudad en una gran parte de su extensión

La imagen que vi, me sorprendió…

La ciudad lucía destruida, como si una gran explosión, la hubiera arrasado.

Se veían algunas columnas de humo y fuego, en varías partes.

Un viento ligero sopló, y agito mi pelo. Una oja de periódico llegó volando de algun lugar, y quedó pegado a las pantimedias, sobre mis piernas. Lo tomé y lo revisé.

Un texto, con grandes letras decía :

Los primeros misiles nucleares, arrasaron la costa este de Canadá.

¿ Qué significaba eso ? no entendí y vi nuevamente la ciudad. Volvi la vista al trozo del periódico. Leí algo del texto bajo el encabezado.

Volví a ver a la ciudad…

Lloré…

Lo entendí todo...

La mujer misteriosa se acercó.

Se paró frente a mí, y por primera ves la vi sonreír.

Me tomó de la mano y me llevó con ella. No opuse resistencia,

No me sentía capaz de hacerlo.

Tan cerca de mí, vi que su rostro era idéntico al mio…

Era mi propia versión, como llegada de otra dimensión, que sentí quererse fundir conmigo.

De su espalda emergieron seis alas translúcidas y sonrosadas, del tipo de las libélulas, pero con punta. Su cuerpo desnudo, se elevó unos metros hacia arriba, su mano derecha con largas uñas fluorescentes, se alzó para señalarme el cielo.

Suavemente descendió.

Me llevó lejos de ahí, a un lugar donde abordamos un extraño vehículo.

Abordo, sentí que el vehículo se elevó.

Fue algo muy veloz y sorpresivo.

Pronto, a través del cristal transparente del vehículo, vi al planeta tierra casi por completo. Este se empezó a ver cada vez más pequeño, y vi que estaba partido en dos Pedazos, y como desencajada una parte de la otra. Habia tormentas eléctricas en varios sitios, extensas zonas de fuego vivo, parecían volcanes en erupción, y estaba casi todo nuboso. El planeta se fue viendo más y más pequeño, hasta que se vio como un pequeño punto muy lejano.

Me di cuenta que no a alejábamos del planeta..

Nuestra nave se alejó a través del espacio exterior, como un solitario viajero hacia las estrellas.

Se unió a una flota de miles de naves que se alejaron hasta no verse más.

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